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Foto del escritorAlessandra Bonnett

Nos preparamos para la llegada de un hermanito

La llegada de un nuevo bebé a casa es una alegría inmensa para todos, aunque supone muchos cambios y situaciones nuevas para las cuales debemos estar preparados, sobretodo si tenemos un hijo o hija mayor. Por ello, desde un inicio es importante ir preparando el terreno la recepción de esta nueva propuesta y organización tenga lugar de la mejor manera posible.

En principio, como padres, nos toca tomar en cuenta que nuestro primer hijo ha pasado algún tiempo siendo el único pequeño de la casa, muchas veces el centro de atención y el foco de los halagos y palabras afectuosas. Con la llegada de un bebé, no solo se modifica la estructura familiar, sino que también cambia el rol de cada miembro, por ejemplo el hijo único se convierte en hermano mayor, los padres primerizos ahora son papás con más experiencia, etc. Entonces, es imprescindible entender que este momento traerá consigo un impacto emocional importante que debemos atender desde el primer momento.

La nueva etapa comienza cuando comunicamos la noticia del embarazo.

Podemos convertir este evento en un momento especial, sobretodo si el hermano mayor todavía es pequeño, pues es posible que se llene de dudas que tendremos que resolver. Para ello, se puede crear un espacio dentro de la rutina de la familia (un almuerzo o un lonche), en el que se comunique mamá está embarazada y que pronto vendrá un bebé a casa. Podría darse a modo de un cuento, enfatizando en lo que significa para la familia, para él o ella como hermano o hermana mayor y todos los aspectos positivos de esta nueva etapa (un nuevo reto, nuevas responsabilidades, crecimiento, madurez, alguien para cuidar y jugar).

Se puede compartir con el hijo o hija mayor las fotos de la mamá embarazada anteriormente, comentando lo feliz que se sentían los padres en ese momento y que ahora también. Es importante resaltar mucho la idea de que están muy emocionados con el bebé al igual que lo estuvieron con el primer hijo o hija. También se les puede mostrar la foto de la ecografía, para que empiecen a formarse una idea más real de la existencia de otro miembro en la familia y hagan seguimiento de cómo este va creciendo.

Durante el embarazo nos encargamos de acompañarlo en la transición.

En la etapa previa a la llegada del bebé, es muy importante involucrar al hermano o hermana mayor en el proceso. Tareas como el decorar y adaptar el cuarto, hacer las compras de la ropita o los pañales, así como participar de la organización del baby shower, son de gran utilidad para darle también un poco de protagonismo y ayudarlo(a) a entender y a adaptarse mejor a esta nueva etapa.

Algunas ideas para llevar a cabo con el hijo o hija mayor durante el embarazo puede ser la elaboración de lista de nombres por si es niño o niña, el pedirles que nos acompañen a las ecografías y que también realicen preguntas al doctor, el preparar manualidades o regalos para el recién nacido o hacer algún ritual creativo que sea compartido por él o ella con mamá por ser el hermano o hermana mayor.

Cuando nace el bebé, comienzan los cambios y empezamos juntos una nueva etapa.

Una vez que llega el bebé al mundo, inicia el verdadero reto de la adaptación y se da pie al momento más importante: la llegada de este nuevo integrante a la familia. Para ello, es sumamente importante que la madre ya le haya comunicado al hijo o hija mayor que deberá ir a la clínica y ausentarse uno o algunos días para poder dar a luz. De manera que sea un evento anticipado para que el niño o niña no se sienta tan ansioso(a).

Mientras el hijo o hija mayor permanezca en casa o al cuidado de un familiar y en lo posterior, se debe intentar mantener todas sus rutinas, cuidando que este evento no se sienta como un cambio muy brusco. Asimismo, se podría prever el comprar un regalo para el hermano o hermana mayor, ya que es común que cuando hay un bebé en casa, lleguen muchos familiares con regalos para él y que incluso le presten más atención, lo cual puede hacer que él o la mayor, se sientan poco atendidos y tristes. Con el mismo fin, puede ser de gran ayuda pedirle a los familiares y amigos que feliciten al hijo o hija mayor para darle también protagonismo y satisfacción.

Mientras la mamá retoma su rutina y organiza su tiempo, es recomendable que el hijo o hija mayor pasen tiempo de calidad con papá u otros adultos cercanos, jugando o realizando actividades centradas en ellos. Asimismo, intentar involucrar al mayor en la rutina del bebé o de la casa, puede ser un gran recurso, pues hará que se sienta útil e importante, afianzando su rol de hijo o hija más grande.

No debemos olvidarnos de lo emocional, respetando el proceso y tiempo de cada niño.

Si bien podemos haber puesto en práctica algunas estrategias para evitar que esta transición sea complicada, será inevitable que algunos niños puedan sentirse celosos, desplazados o confundidos. Por ello, como padres responsables, es sumamente importante estar atentos y pendientes de cómo va viviendo nuestro hijo o hija mayor esta nueva etapa.

Es necesario escucharlos con atención (involucrando la mirada, el tono, los gestos, la postura corporal y la actitud de escucha), responder sus preguntas, repreguntar, explicar y sobretodo validar sus emociones. De esta manera, podrán sentirse más confiados y seguros, sin tanto temor a que el bebé realmente lo esté desplazando o focalizando todo el afecto y la atención de los padres.

Finalmente, a pesar de que la demanda de un bebé sea muy grande y a veces el tiempo quede muy corto, es necesario buscar pequeños espacios de atención positiva con el hijo o hija mayor. Esto involucra compartir tiempo con él o ella, jugando, conversando o viendo alguna película de su agrado, priorizando en todo momento el buscar que se sienta atendido(a) y querido(a).

Alessandra Bonnett Berrocal

Psicóloga - psicoterapeuta

C.Ps.P. 30523




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